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Cuerpo Frío, Corazón Caliente - Capítulo 7 - Carnaval (parte 2)

[Capítulo 7 – Carnaval (parte 2)] [Carnaval] -                   ¡No, por favor! ¡No me hagas daño! ¡Por favor! – gritó la chica delante de él, cubriéndose con ambos brazos, como si con ello pudiera protegerse a sí misma. El chico dudó, sintiendo el nudo en el interior de su garganta tensarse aún más ante la escena que se presentaba delante de sus ojos. Se había dejado llevar por la corriente, queriendo no ser uno de aquellos que descansaran en el suelo, muertos, que no había parado a pensar en las otras personas. Él quería sobrevivir, pero, ¿a qué precio? Ahora, ahí, delante de él, la chica no paraba de llorar y suplicar por piedad, hecha un desastre, tanto física como emocionalmente. Su vestido azul se había desgarrado de la parte de la rodilla hasta su muslo, exhibiendo su piel, mientras el resto de su ropa estaba arañada y sucia por el polvo y el sudor. Pequeñas y delgadas líneas rojizas aparecían  sobre su piel, tenía varios arañazos en los brazos y en las piernas,

Cuerpo Frío, Corazón Caliente - Capítulo 11- Competencia de Bastadors (Parte 3)

  El movimiento en el bosque era evidente. Los centinelas seguían con la mirada a las bestias que se deslizaban de un lado a otro, corriendo y aullando, examinando el terreno. No les quitaban el ojo de encima y es que si se descuidaban en lo más mínimo podría significar un error fatal para ellos. Por otro lado, los Cazadores se mantenían alejados del pie de la montaña alrededor de su pequeño campamento, y aunque sus intenciones seguían siendo desconocidas, los hombres de Joe no bajaban la guardia. Los tenían en la mira, listos para acabar con el pequeño grupo de hombres de negro que estaban reunidos a varios metros, escondidos detrás de los árboles, atentos hacia la montaña, conscientes de que eran observados por ellos. Sabían que algo se estaba orquestando entre weres y Cazadores, pero aún no sabían qué con seguridad. Sus acciones siempre solían ser erráticas e impredecibles, lo que los obligaba a ser más cautelosos con ellos. Joe había dado sus órdenes y todos debían acatarlas; s